
Me llamo Ángel Manso
Un giro de 180 grados: del traje y la corbata al neopreno
Hace muchos años, mi jornada laboral giraba en torno a una gran multinacional del sector de los medios de comunicación, el marketing y la publicidad. Mi día a día transcurría entre trajes y corbatas, comidas de negocios en restaurantes exclusivos y traslados en taxi, todo pagado con la VISA de la empresa. Mi tarjeta de visita ostentaba un título pomposo, reflejo de 17 años en ese mundo. Desde fuera todo parecía ideal, pero qué va, no lo era.
Fue en esa época cuando, descubrí el buceo porque deseaba descubrirlo. Y el flechazo fue instantáneo. Me enganchó, me fascinó, me enseñó a «volar» y, acostumbrado a un mundo de estrés casi continuo, me reveló otro diferente, salado, lleno de vida, mucho más fluido y en el que me sentía en auténtica paz.
El buceo no solo me atrapó, sino que me envenenó para siempre en el mejor de los sentidos.
Compartir el mundo submarino
Después de bucear y bucear y hacer cursos y cursos, y seguir buceando y haciendo más cursos, empecé a sentir con toda claridad que el mundo submarino era tan grande, tan gigante, tan inmenso y tan sobrecogedor que no podía quedármelo para mí solo, tenía la necesidad de enseñarlo y compartirlo con quien quisiera descubrirlo. Así fue como me hice instructor. Algún tiempo después le di la vuelta a mi vida como se da la vuelta a un calcetín.
Mi oficina: el mar
Hoy, mi oficina es el mar. Mis corbatas se han transformado en pantalones cortos y camisetas, y mis trajes son de neopreno. Respiro bajo el agua, los peces son mis amigos y cada día contemplo paisajes que quitan el aliento. He tenido el privilegio de acompañar a más de 800 personas en su bautizo de buceo y he certificado a más de 1000 alumnos. Estas son algunas de mis titulaciones:
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- Instructor Nacional 3 estrellas FEDAS/CMAS
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- Instructor Master Scuba Diver Trainer PADI
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- Instructor Open Water SSI
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- Instructor Open Water Nitrox Diver IANTD
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- Full Cave Diver IANTD
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- Sidemount Diver PADI
Lo más importante es que, cuando me hice instructor, el buceo me resultaba mágico y apasionante. Hoy, más de 20 años después, sigo sintiendo exactamente lo mismo.
Compartir lo que he aprendido
Ahora siento una necesidad profunda de compartir todo lo que el buceo me ha regalado a lo largo de estos más de 20 años. Esta increíble travesía no solo me ha enriquecido personalmente y me ha hecho muy feliz, sino que también me ha enseñado el arte de enseñar. Y quiero dejar claro que mi aprendizaje viene de las lecciones que me ha dado el propio mar, de mis instructores, de la experiencia propia y de la de otros, e incluso de los montones de errores que he cometido y que me han hecho aprender por las malas.
Desde la más sincera humildad, lo que me pide el corazón es ofrecer lo que he aprendido. Lo único que busco es la alegría de compartir con otros buceadores y, si les puede resultar útil, también con otros instructores: esa es la recompensa.